lunes, 28 de mayo de 2007

Coral

Hoy fue un día de escandalo.

El coro del colegio de Doctores de las ciencias ocultas y de las que se dejan ver, está practicando en mi casa, todo por cortesía de uno de sus más importantes miembros, el Dr. John "MichaelKnight" Filkenstein de las tres cruces. Mi esposa no está para nada feliz, y con razón ya que los doctores desafinan.

Yo en mi calidad de productor musical no puedo permitir semejante tortura auditiva así que me propuse ayudarlos.

No debí hacerlo.

Mis experiencias previas en producción musical incluyen: "El Coro de los mimos canta y encanta" y "El Coro de los mimos canta las navideñas". Como se imaginaran el coro de mimos es mucho más fácil de manejar. Los doctores tienen una tendencia a la necedad que ha traído serios problemas a los ensayos. Por Ejemplo, el Dr. Foxie Alexander no permite que empecemos si él no ha bebido por lo menos un poco de whisky "Libertario institucional", un whisky tan bueno que muchos otros doctores le piden y es ahí cuando empieza el des control. Otro Doctor, el Dr. Lopez Jaime ataca constantemente a los helechos de la ventana porque de niño perdió a una tía en un accidente de helechos, algo triste pero que no debe detener el show. Y de por si el Dr. Filkenstein no ayuda, tan solo en las primeras 3 horas de ensayo se dedicó a esparcir rumores y confetí por la casa, imagínense la barrida que me toca pegar más tarde.

Al final lo logré, los convencí de que me hagan caso y finalmente logré que todos al unísono guarden silencio. Si logró que lo hagan por más de media hora, estará todo listo, los mandaré al escenario y pondré el cd de los mimos en el fondo, será un éxito.

A menos que también vayan los mimos.

lunes, 21 de mayo de 2007

La inquietud de la lluvia

Está lloviendo ahora y eso me pone inquieto.

Inquieto porque las gotas de lluvia traen más de lo que se aprecia a simple vista, para el observador común que no tiene la cosmovisión ultrasónica que otorga vivir en el mismo techo con el Dr. Filkenstein y haber sido conejillo de indias de sus extraños experimentos por años, lo que verá será agua cayendo con el empuje que la gravedad muy comedidamente nos ofrece pero lo que se ve desde mi casa es muy distinto. Resulta que las gotas de agua incluyen en su composición un paquete regulado de memoria gráfica reflectiva que permite observar el reflejo de la lluvia de otro lado. Debí empezar explicando que cada lluvia tiene su contra parte en el mundo y ambas siempre llueven juntas, por lo que si observas bien las gotas, puedes ver en ellas lo que se refleja en las gotas del otro lado, como por ejemplo un campo en Japón donde un niño corre detrás de una carreta.

Pero eso no es todo.

Lo inquietante es que algunas lluvias te muestran cosas que ellas ya vieron pero hace mucho tiempo y te las muestra como si estuvieras ahí. Una vez mientras volvía de la tienda me agarró una lluvia muy desagradable, estaba de pronto en una sangrienta batalla, no tengo idea de entre quienes, pero eran muchos y no tenían compasión. El agua caía en mi cara como sangre y me hacia tener esa impresión, la de estar empapado en sangre. Llegué a casa a bañarme un buen rato.

Desde esa vez le tengo cuidado a la lluvia, siempre la observo desde la ventana antes de salir, muchas veces me deja ir a pasear por las calles ocultas de alguna ciudad europea, otras veces conozco una carretera, un campo de cebollas o una terraza en Grecia.

La mitad de las veces veo guerras.

Por eso siempre veo por la ventana antes. Por eso siempre me inquieta la lluvia.

lunes, 14 de mayo de 2007

Limilitudes aptitudinarias

Ya llevo más de una semana tratando de entrar al laboratorio del Dr. Filkenstein y hasta ahora lo he logrado sin problemas todas la veces. El Dr. se ha comportado mucho más colaborador que en otras épocas, juntos hemos trabajado en increíbles experimentos, él ideándolos, diseñándolos y creándolos, yo mirando. Ha sido el trabajo de equipo más facil de mi vida.

Tan solo hace 3 días perfeccionamos el reconstructor de palabras mal pronunciadas, es cuestión de poner el aparato (del tamaño de una billetera) encendido en el cuarto donde se mantiene la conversación y cualquier palabra que salga incompleta o mal pronunciada de una boca (ya sea por alcohol, pereza o un caramelo en la boca) será interceptada, reparada y vuelta a liberar a una velocidad impresionante. Al principio nos fue mal, ya que el aparato interceptó palabras en perfecto estado y las transformó en otras parecidas, como cuando le pedí a mi esposa que me pase un vaso y me pasó un lazo. El problema estaba en un tornillo que estaba mal tratado, le dimos algo de cariño y desde ahí la máquina funcionó muy bien.

Antes de eso inventamos un helado que no se derrite, especial para el caluroso clima de la mitad del mundo, lamentablemente es imposible lamerlo o consumirlo de alguna forma ya que si pegas la lengua al helado no hay como despegarla, esto lo descubrió Arquímides, quien aún lo lamenta o por lo menos eso es lo que creo que dice.

Antes de eso inventamos el desgañitador de impersonalides y limilitudes aptitudinarias, y cuando lo probamos funcionó perfectamente, no vale ahondar en el tema.

Antes de eso nos dio sed y tomamos agua.

Antes de eso comimos galletas muy saladas.

Antes de eso teníamos hambre de gloria. Galletas saladas Gloria.

Y así la semana transcurrió sin problemas, aunque si debo confesar que aún me encuentro un poco inquieto debido al viaje de la otra vez, y las malas costumbres de la edad impuesta no se me van. Ahora me quejo por el frío de las mañanas, le reclamo al de los periódicos la dirección en que lo lanza y reviso las facturas en los restaurantes antes de pagar y esto, horror, con calculadora en mano. También saqué el seguro para el carro, retapicé los muebles de la sala y controlé la hora de llegada de mi hijo, aunque es un infante.

Me tengo que acostumbrar.

lunes, 7 de mayo de 2007

La Inestimable Solución

Fui a buscar al Dr. Filkenstein a su laboratorio pero andaba hecho el misterioso y no me dejó entrar, un nuevo experimento ocupaba su tiempo y me dijo que me atendería más tarde, que desvergonzado.

Llamé a Arquímides y le pedí que traiga su analizador de posibilidades y su scanner de integridad y lo entusiasmé con la historia de mi extraña desaparición del círculo social por casi 2 meses (debido a mi recuperación), decidió abandonar sus obligaciones y venir a escuchar la historia que ya conté antes. Cuando llegó me ofreció una bebida extraña de color violeta que según él, reparaba el sistema estrigmativo de manera formidable. Inseguro, bebí un poco y un sabor artístico, impulsivo y algo leguminoso golpeo mi paladar, pero eso si, mi sistema estrigmativo quedó papelito.

Luego de escuchar mi historia Arquímides encendió el analizador de posibilidades y frustrados vimos que ninguna de las posibilidades estaba relacionada con mi extraño viaje astral al centro del universo (es mi teoría al menos), había una en que si me hacía millonario vendiendo tubería para construcción, me compraría un universo armable para el cuarto de estudio y luego olvidaría armarlo y quedaría por siempre en la caja, pero eso era lo más cercano y no me daba ninguna pista. El scanner de integridad arrojó resultados positivos, dijo que estaba completo y que hasta me sobraban cosas, pero yo igual sentía como que me faltaba algo. Fue entonces cuando Arquímides mencionó el sobre que originalmente fui a buscar al cuarto, tal vez su contenido tuviera una pista.

Fui a buscarlo con algo de miedo, no estaba seguro de querer volver a pasar por el marco de la puerta así que me detuve por un momento hasta acumular valor.

Me tomó 7 horas acumular valor.

Cuando entré Arquímides ya se había ido por el aburrimiento que es verme acumulando valor (me quedo bien quieto y no hablo nada). Encontré el sobre debajo de la mesa y lo abrí. Era un foto, una foto mía entrando al cuarto la primera vez, justo antes de que todo sucediera. Además de lo extraño que era eso, no me dio ni una pista respecto al asunto. Le avisé a Arquímides, quien reunió a las mentes más privilegiadas y les pidió dinero prestado para contratar grandes deductores que puedan resolver el problema del viaje astral al centro del universo. Nos llevó 3 días reunir el equipo y proveerlos de toda evidencia y dato insignificante que pudiera dar la solución. A ellos les tomó más de una semana el análisis y posterior entrega de resultados.

Era un papel que decía "No sabemos"

Así que decidí darme por vencido y contar mi historia al mundo, así tal vez otros tengan cuidado al pasar por marcos de puerta, o tal vez alguien por ahí sepa algo de lo sucedido. Sea como sea, después de esos 23 años me queda una terrible e incesante sensación de tener 48 años de edad aunque luzco de 25, es algo que, sospecho, nunca más se irá.