jueves, 13 de diciembre de 2007

Magnífico improbable II

¡Fueron nuestras mentes!

Era el aparato que construyeron Filkenstein y Arquímides, alguien lo había activado y este procedió a liberar las mentes de los presentes hasta crear una gigantesca explosión de creatividad y entendimiento máximo, fue un momento sublime en el cual todos fuimos uno por un rato y las cosas más complejas, como rocas, se convertían en granitos de arena del entendimiento. Fueron unos segundos energizantes, armónicos, fulgurantes, utópicos, brillantes, histrionicos y vibrantes. Teníamos todo claro, todas las respuestas del mundo en la cabeza y por lo menos a mi me quedaron resueltas bastantes dudas, entre ellas, Dios.

Por supuesto, Dios es una de esas cosas que no se pueden explicar porque se pierde la gracia, debías haber estado ahí para entenderlo.

Este estado divino terminó con el enredo y posterior tropiezo del cable por uno de los extasiados invitados que gritaba "¡Ya se Kung Fu!" mientras corría pateando tachos. Cuando la máquina se desconectó, hubo esta corta depresión masiva al volver a nuestras aisladas normalidades. Arquímides corrió hacia la máquina y después de levantar una de las puertas metálicas laterales que echaba humo, miró al Dr. Filkenstein que estaba al otro lado de la casa conversando con una rubia de medias cortas y le grito que el Aislador litónico externo de dos voltios a la manzana estaba quemado. El Dr. sonrió e hizo ademán de "no importa" mientras alardeaba de la construcción de aquel aparato él solo y de la máquina de sueños inconclusos con la rubia que sonreía coquetamente y no dejaba de mirar las puntas elevadas del blanco cabello del Dr. Filkenstein.

Pero lo mejor de la noche fue el entretenimiento musical, cuando el Dr. Filkenstein activó uno de sus portales, uno de los verde brillante, y ya saben lo que eso significa. John, Paul, George y Ringo entraron completamente confundidos a la sala de mi casa y yo me desmayé al verlos. Según me contaron luego, Arquímides en su infalible acento británico, los convenció de que este era el lugar y que estaban en el concierto que tenían que dar en Francia y que no se preocupen porque los franceses eran raros. Me desmayé 14 veces más hasta que se fueron, pero disfruté de increíbles fragmentos de mis canciones favoritas. Dice mi esposa que John Lennon me firmó el párpado, pero yo aún no puedo ver bien la firma. Todos me dicen que está genial y quieren verla constantemente, por lo que ahora voy por la vida con los ojos cerrados. John estaba equivocado, no es para nada fácil vivir así.

martes, 4 de diciembre de 2007

Magnífico Improbable I

En una sola palabra: Caos

Es la única forma de describir una de las más grandes celebraciones realizadas en la historia de la humanidad, un evento que marcó un antes y después en la evolución del ser humano porque el impacto que tuvo en la psquis de los que ahí estuvieron es tal que no solo esas personas no volverán a ser las mismas sino que sus hijos y los hijos de sus hijos no serán lo que debieron ser. Estamos hablando de un despilfarro de vida, una exageración de felicidad, una explicación de lo inexplicable de forma que todos lo puedan entender. Esté fue uno de esos eventos que tienen sus propios libros de historia, que wikipedia les dedica 2 páginas porque no entra todo, que el mundo entero evita hablar de ello porque es tan importante que no es necesario decirlo para saber su impacto.

Fue el cumpleaños del Dr. Filkenstein.

Siempre hay un gil, y parece que en este lugar soy yo, ya que terminé poniendo mi casa para el evento que según el Dr. sería algo breve, fugaz, efervescente y con un twist de limón, pero ni breve, ni con limón.

Arquímides se había aliado con el Dr. por primera vez desde que somos amigos, para construir uno de los aparatos más complejos que han exisistido en la historia de la humanidad. El desestablizador histriónico de impulsaciones rítmicas newtonianas de máximo alcance lineal con retromanías leatónicas minúsculas de tamaño B y lado F anexo al retroactivador pulsático mitomaniático de retrasos varisimilitudicos armónicos de onda larga y tendida con luces ultraviolentas y poder de seducción envidiable. Su objetivo era tan complejo, que se me acaban las palabras explicando pero lo que sí les puedo decir es que era bueno en lo que hacia.

Fue una sensación extraña el ver a esos dos trabajando juntos, ya que como yo no soy un doctor en Ciencia Ficción como el Dr. Filkenstein ni un astromaniólogo como Arquímides no pude participar para nada en la creación del invento excepto un poco en el nombre y ellos, felices, añadían y restaban piezas por todos lados y con solo mirarse ya sabían la razón del cambio.

Las invitaciones fueron enviadas con 3 semanas de anticipación, a las personas que viven a 3 semanas de aquí, al resto los llamamos. La casa estuvo llena en cuestión de minutos lo que asustó tanto a Daniel, que de un jalón se elevó hasta la terraza llevándose a su madre consigo porque la pobre no alcanzó a soltarlo a tiempo, una vez más fuimos a buscar la escalera, esta vez con gritos motivadores de parte de mi esposa.

Contratamos 322 meseros que se encargaron de que todos los invitados se encuentren bien, tenían mapas y todo. La comida, los cocteles y toda clase de consumibles fueron contratados luego de hacer pruebas exageradas e innecesarias entre 14 diferentes empresas de catering y por supuesto, escoger la primera.

De pronto algo explotó.