lunes, 21 de mayo de 2007

La inquietud de la lluvia

Está lloviendo ahora y eso me pone inquieto.

Inquieto porque las gotas de lluvia traen más de lo que se aprecia a simple vista, para el observador común que no tiene la cosmovisión ultrasónica que otorga vivir en el mismo techo con el Dr. Filkenstein y haber sido conejillo de indias de sus extraños experimentos por años, lo que verá será agua cayendo con el empuje que la gravedad muy comedidamente nos ofrece pero lo que se ve desde mi casa es muy distinto. Resulta que las gotas de agua incluyen en su composición un paquete regulado de memoria gráfica reflectiva que permite observar el reflejo de la lluvia de otro lado. Debí empezar explicando que cada lluvia tiene su contra parte en el mundo y ambas siempre llueven juntas, por lo que si observas bien las gotas, puedes ver en ellas lo que se refleja en las gotas del otro lado, como por ejemplo un campo en Japón donde un niño corre detrás de una carreta.

Pero eso no es todo.

Lo inquietante es que algunas lluvias te muestran cosas que ellas ya vieron pero hace mucho tiempo y te las muestra como si estuvieras ahí. Una vez mientras volvía de la tienda me agarró una lluvia muy desagradable, estaba de pronto en una sangrienta batalla, no tengo idea de entre quienes, pero eran muchos y no tenían compasión. El agua caía en mi cara como sangre y me hacia tener esa impresión, la de estar empapado en sangre. Llegué a casa a bañarme un buen rato.

Desde esa vez le tengo cuidado a la lluvia, siempre la observo desde la ventana antes de salir, muchas veces me deja ir a pasear por las calles ocultas de alguna ciudad europea, otras veces conozco una carretera, un campo de cebollas o una terraza en Grecia.

La mitad de las veces veo guerras.

Por eso siempre veo por la ventana antes. Por eso siempre me inquieta la lluvia.

4 comentarios:

Ataraxia dijo...

Una vez a mi me cogio una lluvia que habia estado primero en la I guerra mundial, y que luego habia estado en woodstock, me cayo bien, aunque era un poco pesada....

Anónimo dijo...

A mi gustaría saber como el Dr.Filkenstein llegó a tu casa ¿Venía con la compra o qué?

A mi la lluvia a veces también me transporta a oscuros callejones de ciudades europeas. Una vez creo que vi a Mr.Hyde, pero justo cuando le iba a tocar el hombro paró la lluvia y me choqué con un poste...

Andrés dijo...

La lluvia de woodstock me agarró a mi también pero justo cuando ya la gente se iba, una farsa.

Lo del Dr. Filkenstein, ya lo contaré en algún post, ten paciencia.

A Europa voy seguido, sobretodo a las terrazas de las casas, me pongo a ver las flores y a la gente por las ventanas, una vez vi a un señor leyendo en la sala y se le cayó el té y se le mojó la alfombra y nadie limpió nunca.

Nunca.

|_Bonny_| dijo...

Genial, yo debo estar ciega entonces porque cuando llueve no veo nada. A lo mejor es porque cuando llueve no miro hacia la lluvia... por lo general las gotas me arrullan y me hacen dormir..