Arquímides, no Arquímedes (su mamá no soportaba ver una e repetida) se fue sin decirme como hacer funcionar la esfera, así que solo me quedaba recurrir a una persona.
El Dr. Filkenstein.
El Dr. Filkenstein estaba recién llegado de su viaje al desierto del Sahara buscando el grano de arena con más personalidad para participar en el concurso Señorita granito de arena (que lo hicieron en el Centro de arte el otro día) y como ganaron, ahora el Dr. se cree el mejor missologo (de granos de arena) y esta tratando de enseñarle a mi esposa como "brillar" al sonreír y como hacer malabares con cucharas de la segunda guerra para la parte de talentos. Fue difícil convencerlo de que me ayude, pero un par de vales de 5 dólares en galleta pecosa hicieron el truco.
Fuimos a buscar el analizador de encendido (que fue el que usamos para descubrir como se prendían las luces de la casa) y lo utilizamos con la esfera azul que me dejó Arquímides.
Es Esta:

No, espera, no es esa, esa es la luna. Es esta:
Ya estábamos todos en nuestros puestos y le pedí de favor que se prenda y lo hizo, las cosas se hicieron azules por naturaleza, incluido el fetuccini alfredo que estaba dispuesto a comerme.
Le tomé una foto a la esfera prendida, aquí está:

Como me amargué, apagué la esfera y me fui.
Aparte de eso, no he hecho nada más, ¿y tú?