lunes, 30 de abril de 2007

Dejando de ser yo

No estoy muy seguro de lo sucedido.

Recuerdo claramente haber pasado por el marco de la puerta para recoger un sobre que estaba debajo (y no sobre) la mesa. Era viernes y el sol se escurría entre las persianas como un fideo se escurre del cucharón como una lombriz se escurre de un anzuelo como el sol se escurre entre las persianas en un viernes soleado.

Recuerdo también haber ahondado en sentimientos olvidados así de improviso y sin las precauciones necesarias para un evento de esa magnitud. Esto es peligroso porque hay que meter la mano bien profundo y hay riesgo de que te halen desde adentro y si te caes ahí solo tú te puedes sacar, pero como ya estás adentro no puedes salir.

Dicen que no se puede salir nunca, no existe ni siquiera una remota forma de salir de ahí, es completamente imposible. Yo creo que es verdad porque una vez me caí y cuando salí les dije a todos que no se puede salir nunca, fue horrible.

Pero después de pasar el marco de la puerta el mundo empezó a reaccionar a mi como un químico extraño, y mis movimientos creaban cambios profundos en la estructura universal de la creación, desde los colores (que dejaron de ser colores) hasta los sonidos (que quisieron ser colores) y sin más respiré muy fuerte y la gente dejó de sentir frió porque algo se alteró. No me di cuenta hasta que di el primer paso y cambié el flujo del tiempo y pude ver el futuro del mundo en un vaso de agua salada que yo iba a dejar ahí pasado mañana. Me tomó 23 años salir del cuarto y en ese tiempo reconstruí el universo y reordené la línea de tiempo para que todo pase cuando deba pasar, los 23 años los sentí largos y me acostumbré a una existencia etérea y expandida, repartida por el mundo, una existencia donde yo no era pero estaba y hacia. Cuando salí del cuarto y fui libre caí desmayado por 34 minutos y 40 segundos, mi esposa me encontró tirado y me llevó al sofá. Era el shock de enfrentar el mundo real, donde yo soy uno y tengo cuerpo y como y bebo como tú, que lees esto.

Tuve que volver a aprender a caminar, hablar y escribir, no es que no recordara el mundo, pero no recordaba como usar mi cuerpo y me era difícil interactuar con el universo de una manera tan tonta, con mis manos. Era como jugar al a teléfono, yo le decía a mis manos que hagan algo y ellas interactuaban con el mundo y ellas me decían la temperatura de las cosas y su textura, y es la manera mas tonta de interactuar ya que, después de la experiencia en el cuarto, me quedó claro lo que era ser yo en el mundo y no yo, en un recipiente que me dice como es el mundo según donde está parado y lo que está mirando, es tan poco el porcentaje de mundo al que tengo acceso de esta forma.

Me tomó 2 semanas aprender (recordar) a hablar y escribir, luego me deprimí por lo mencionado en el párrafo anterior y ahora que estoy recuperado recién me encuentro en condiciones de comunicarme con el mundo y es por eso que hoy escribo.

Mi esposa dice que no pasó nada de tiempo desde que me fui a buscar el sobre y que solo escuchó el golpe contra el piso. Los 23 años me dejaron aturdido y había olvidado muchas cosas que se dan por ser humano y hasta la había olvidado un poco a ella, por lo que verla de nuevo fue la sorpresa más agradable del momento, la extrañé.

Ella no me cree y dice que soy un loco, que si ya voy a comer y que si la puedo ayudar con el niño un rato. No importa.

Tal vez el Dr. Filkenstein me pueda dar una pista de lo sucedido.

6 comentarios:

Andrés dijo...

La continuación (ya completamente escrita) se publicará el próximo lunes sin falta.

|_Bonny_| dijo...

Excelente.

Me encanta la manera en la que escribes!

Lyla Bokà dijo...

qué interesante, a mi me pasó algo parecido... tienes suerte de no haber sido víctima de "doctores"...

Andrés dijo...

El Dr. Filkenstein es un terrorista desalmado, siempre soy la victima.

Lilia Franco Sánchez dijo...

Amo al Dr. Filkenstien, quiero ser como el cuando sea grande. :)

Andrés dijo...

¿Por qué querrías ser un doctor viejo y entrometido que solo causa problemas a los demas?

¡Mejor di no a las drogas y se tú misma!